Pérdida del territorio de México

A partir del momento en que los primeros pueblos se asentaron y se establecieron las primeras fronteras (línea que delimita dónde acaba el territorio de una nación y empieza el de otra, establecida mediante acuerdos), México contaba con territorio mucho mayor al que podemos observar actualmente.

Esto se debe a que desde su independencia, los norteamericanos se dedicaron a ampliar los territorios originales de las Trece Colonias. Así, desde el siglo XIX, Estados Unidos consolidó una política expansiva. Esta expansión se realizaba mediante conquistas (como la del Oeste, en manos de apaches, cherokees, hopi, etc.), compras a potencias europeas (como Florida a España) o por la fuerza (como Texas que pertenecía a México)

Estados Unidos inició el conflicto cuando se propuso la anexión del estado de Texas a su territorio. Aunque el presidente Adams ofreció una importante suma de dinero por la venta de estas tierras, los mexicanos se rehusaron. En 1837 texanos buscaron su separación con México y en respuesta, este último rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

Finalmente, en 1845, la gran potencia aneza a Texas a su territorio luego de una larga campaña de prensa y pronto se declara la guerra. En 1948, por el Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado por ambos países, México le cedió a Estados Unidos todos los territorios al norte del Río Grande, el cual reconoció como límite septentrional.

En esta guerra, México perdió la mitad de su superficie; los actuales estados de Texas, Arizona, Colorado, Nuevo México, Nevada, Utah y una parte de California. En cambio, a Estados Unidos le permitió ampliar sus fronteras y recibir inmigrantes como españoles, italianos, etc., que enriquecieron a norteamericanos en su etnia.

"La venta infame de nuestros hermanos está ya consumada, Nuestro Gobierno, nuestros representantes, nos han cubierto de oprobio y de ignominia."

Mensaje escrito por Don Valentín Gómez Farías a sus hijos, con relación a la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo.