Los migrantes generalmente se reúnen en el pueblo mexicano de Altar, en un área abandonada de la parte norte del estado de Sonora, México, que ha sido llamado “el embotellamiento migratorio de Norteamérica”, en donde los contrabandistas, llamado “coyotes”, los llevan a la frontera en furgonetas pequeñas.
Una vez allí, los contrabandistas supuestamente los guiarán a través del desierto hasta algún punto lejano del norte, a lo largo de las calles o autopistas, donde serán recogidos por otros contrabandistas, que los llevarán a lugares “seguros”, lejos de la zona fronteriza y de sus controles estadounidenses.
Debido a lo peligroso que se ha vuelto cruzar la frontera, ya dejó de ser una actividad individual o familiar, como solía serlo. Ahora es menester confiar en que los coyotes conozcan el desierto y sus infinitos caminos. El precio por persona para el cruce “asegurado” por un coyote es de $3.000 dólares. En consecuencia, estas rutas de contrabando se están convirtiendo en un negocio próspero que está organizado y controlado cada vez más por redes criminales de gente sin escrúpulos, sometiendo aún más a los inmigrantes al riesgo de ser robados, explotados o simplemente abandonados en medio del desierto.
Las causas principales que motivan a los habitantes mexicanos a cruzar la frontera son:
1. Oferta de Trabajo; factores vinculados con la oferta-expulsión de fuerza de trabajo.
2. Empresarial y Educativa; factores asociados con la demanda-atracción.
3. Social y Turismo; factores sociales que ligan a los migrantes con la familia, amigos, comunidades de origen y de destino.
4. Mayor economía en otros países.
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